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Marta Macho-Stadler

Las matemáticas son, sobre todo, hermosas

Profesora del Departamento de Matemáticas

  • Cathedra

Fecha de primera publicación: 07/04/2025

Este artículo se encuentra publicado originalmente en The Conversation.

“Me encantan las matemáticas no sólo por sus aplicaciones técnicas, sino sobre todo porque son hermosas”.

La matemática Rózsa Péter escribió esa inspiradora frase en su libro ‘Playing with Infinity’, dirigido a un público no experto.

Creo que la mayoría de las personas que nos dedicamos profesionalmente a las matemáticas pensamos de esa manera; me refiero a apreciarlas por su belleza. En mi caso, me dedico a la topología, un área preciosa pero muy teórica, así que la parte de las aplicaciones está muy alejada de mis conocimientos y mis intereses.

Sin embargo, actualmente, las matemáticas se valoran precisamente por su gran variedad de aplicaciones en ciencia y tecnología. ¿Es esa percepción la responsable de los grandes cambios en las matrículas de los grados de matemáticas?

¿Quién estudia matemáticas?

La Alianza STEAM por el talento femenino, una iniciativa del Ministerio de Educación y Formación Profesional que tiene como objetivo fomentar las vocaciones STEAM en niñas y jóvenes y reducir la brecha de género, publica cada año los datos de la evolución de matriculación en diferentes grados universitarios.

La última actualización, la correspondiente a esta gráfica, describe la evolución y distribución porcentual del alumnado matriculado en el grado de Matemáticas en las universidades públicas españolas entre los cursos académicos 1985/86 a 2022/23.

En esos casi 40 años de datos de matriculación en la carrera de Matemáticas, se observa un cambio sorprendente. Hasta el curso 2006/07, la carrera era bastante paritaria, incluso con un mayor porcentaje de alumnas en algunos años (en particular, entre los cursos 1994/95 y 2003/04).

En los primeros años representados en la anterior gráfica, la carrera de Matemáticas tenía salidas profesionales fundamentalmente vinculadas con la docencia. Y la enseñanza es una actividad con una gran presencia de mujeres.

A partir del curso 2006/07, los datos expuestos en la gráfica muestran un cambio de tendencia ininterrumpido. En el último curso analizado, el 2022/23, las mujeres representan tan solo el 36,57 % del alumnado total matriculado en la carrera de Matemáticas.

Si miramos las cifras de matriculación (no sólo la distribución porcentual por sexo), sorprende ver que, en el curso 1987/88, el número de alumnas matriculadas era de 5.086 y el de alumnos de 5.130. Durante el curso 2022/23, la cantidad de alumnas matriculadas era prácticamente igual a la de 35 años antes, 5.020, y la cantidad de alumnos era de 8.707. El curso 1996/97, el de mayor cantidad de estudiantes en la carrera, tenía 9.543 chicas y 8.620 chicos matriculados. ¿Qué ha ocurrido a lo largo de esos años para que el porcentaje de mujeres y hombres matriculados haya cambiado tanto?

Las matemáticas interesan a las empresas

Los equipos que trabajan en las empresas son cada vez más multidisciplinares. Dependiendo del tipo de actividad a la que se dediquen, trabajan en ellas conjuntamente especialistas en biología, física, geología, química, matemáticas o distintas ramas de la ingeniería.

Cada persona experta aporta sus conocimientos técnicos y su manera de pensar para resolver los problemas planteados. En las compañías que las contratan, las personas egresadas en matemáticas proponen modelos que simulan situaciones de la vida real, crean algoritmos eficientes o calculan riesgos, entre otras tareas. Son empleos con grandes posibilidades de promoción, con buenas perspectivas de futuro, bien remunerados.

¿Por qué la respuesta ante esa situación tan “favorable” para una persona egresada en matemáticas difiere tanto en el caso de las mujeres y los hombres? Observando los datos de la evolución en la matriculación en la carrera de Matemáticas, entiendo que los que han cambiado esencialmente su forma de pensar son los chicos: probablemente, en otro momento, habrían elegido estudiar una ingeniería para acceder profesionalmente al ámbito empresarial; ahora optan quizás por las matemáticas por su prestigio, por sus posibilidades de cara al futuro, porque se les dan bien, ¿porque les gustan?

Por supuesto que muchas chicas que estudian Matemáticas optan también por salidas profesionales al margen de la enseñanza, pero ¿por qué sus elecciones son tan diferentes a las de los chicos? ¿Por qué ese prestigio que poseen las matemáticas no atrae a las mujeres de la misma manera que a los hombres?

¿Importa realmente que no haya paridad en los estudios de matemáticas?

Probablemente muchas personas piensen que no es tan grave, porque los porcentajes en otras disciplinas son peores. Y tienen razón: en el grado de Informática, en el curso 2022/23, las alumnas matriculadas representan el 14,57 % del total de estudiantes. En el grado de Física, en ese mismo curso, solo el 28,44 % del estudiantado es femenino.

Sí, efectivamente, esos datos son peores. Pero entiendo que la evolución en el caso del grado de Matemáticas ha sido especialmente rápido, especialmente sorprendente, especialmente preocupante.

Es una muy mala noticia que cualquiera de esas carreras tenga un porcentaje tan bajo de mujeres entre sus estudiantes. De igual manera que es una mala noticia que los grados en Educación o en Salud y Servicios Sociales tengan un porcentaje tan bajo de hombres entre sus estudiantes.

En un mundo en el que la tecnología juega un papel tan relevante, es una mala noticia que las mujeres no participen en la creación y las decisiones en ese campo. Si las matemáticas, la informática o la física “no interesan” a las mujeres en la misma medida que a los hombres, no se trata de un mero asunto de “gustos”. Las preferencias de unas y otros se “moldean” desde edades muy tempranas, y dependen en gran medida de los estereotipos de género. No cortemos las alas ni a las unas ni a los otros.